lunes, 24 de enero de 2011

Las palabras exactas

Tu cuerpo puede llenar mi vida, como puede tu risa volar el muro opaco de la tristeza. Una sola palabra tuya quiebra la ciega soledad en mil pedazos. Si tu acercas tu boca inagotable hasta la mía, bebo sin cesar la raíz de mi propia existencia. Pero tú ignoras cuánto la cercanía de tu cuerpo me hace vivir o cuánto su distancia me aleja de mí mismo, me reduce a la sombra. Tú estás, ligera y encendida, como una antorcha ardiente en la mitad del mundo.
No te alejes jamás: Los hondos movimientos de tu naturaleza son mi sola ley.
Retenme. Sé tú mi límite. Y yo la imagen de mí feliz, que tú me has dado.

Jose Angel Valente

No hay comentarios:

Publicar un comentario