martes, 4 de enero de 2011

Álgora



Vas bajando por mi cuello como un ascensor, donde gritan atrapados hombres claustrofóbicos. Es presión lo que a mi pecho proporcionan los sujetos que de luto lloran (a solas). Tu pupila proyectada forma un túnel que se une hasta mi ojo por casualidad. Luces tontas por el tubo, líneas suspensivas que en el nombre del infierno les indican. Es verdad y después de todo, sólo nos quedas tú. Y esas vendas derrumbando las miradas. Cráneo roto por martillo que manejas. Son más tenues esos ojos por la niebla. Cráneo roto por martillo que manejas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario